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Te acompaño en tu proceso
Desde una mirada respetuosa, humana y sin juicios
A veces me preguntan por qué elegí ser psicóloga, y aunque no siempre lo tuve claro, sí recuerdo desde muy joven esa necesidad de comprender lo que sentimos, de ponerle palabras a lo que duele y mirar la historia personal con más compasión.
Con los años, este interés se convirtió en una vocación. Me formé en Terapia Sistémica, EMDR y Psicología Perinatal, y desde entonces he acompañado a muchas personas en procesos profundamente humanos, con respeto, cuidado y presencia.
Trabajo desde un enfoque integrador y cercano, donde cada historia tiene espacio para ser escuchada sin prisa ni juicio. Porque creo que solo desde ahí pueden surgir cambios reales.
Mi parte más personal
Soy una persona muy familiar, cercana y amante de los pequeños momentos: pasear, compartir una conversación tranquila, observar a mi perra correr libre. Esos instantes me reconectan con lo esencial.
Quienes me conocen suelen decir que soy tenaz, leal y que tengo una forma honesta y directa de estar. Me gusta escuchar de verdad, mirar con profundidad y acompañar desde el respeto.
Los animales son una parte importante de mi vida. Me recuerdan la lealtad, la presencia y el cuidado —valores que intento llevar también a cada proceso terapéutico.
Creo en la fuerza de lo cotidiano cuando se vive con consciencia. Y en el poder de sentirse visto/a y comprendido/a para empezar a transformar.
¿Cómo trabajo?
En las sesiones, lo más importante para mí es ofrecerte un espacio seguro. Un lugar donde puedas hablar sin miedo, sin juicios y a tu ritmo.
Cada persona necesita su tiempo, y yo estoy aquí para acompañarte en ese proceso con presencia, respeto y cercanía.
Mi objetivo es ayudarte a comprender lo que estás viviendo, a reconectar contigo y a encontrar tus propias respuestas.
Creo que cuando una persona se siente escuchada y comprendida, puede empezar a transformarse.
Ahí es donde empieza el cambio real.
¿Seguimos en contacto?
Si algo de lo que has leído resuena contigo, estaré encantada de acompañarte.
A veces, dar el primer paso es lo más difícil. Pero no tienes por qué hacerlo sola/o.
Puedes escribirme o reservar tu primera sesión cuando lo necesites.
